Inundacion Santa Fe Mayo
26.6.03
 
Los Techos
Ciudadanos

El martes 17 de junio Carlos Reutemann anunció un plan de obras públicas destinadas a evitar una futura catástrofe como la ocurrida por el desborde del Salado. Textualmente: "un plan para que, en el futuro, si alguna vez en la historia le llega a pasar a alguien que esté gobernando la provincia lo que me pasó a mí, la lógica y la ingeniería dicen que serían éstas las obras necesarias para evitar lo que pasó en Santa Fe, Recreo, Monte Vera, etc." (diario El Litoral/ 17-06-03/ portada) Carlos Reutemann quiere seguir mostrándose como un ciudadano común.

Fabio Martínez también es un ciudadano común. Tiene 33 años y vivía junto a su esposa y diez hijos, en Santa Rosa de Lima, "de la escuela Zaspe ... ahí nomás". Logró salir del barrio a las media noche del martes 29, minutos más, minutos menos. "La verdad es que perdí totalmente la noción del tiempo". Había salvado algunas cosas en la canoa de un vecino pero la embarcación se dio vuelta con todo arriba. De lo único que pudo aferrarse Fabio fue de su garrafa, que por estar con poca carga, flotó. Salió y dos días después logró reunir a su familia. Las dos primeras semanas vivieron junto a otras dos familias en un local que había sido cedido por los dueños. Pero la convivencia comenzó a ser difícil. Todos los días Fabio recorría el centro de la ciudad buscando otra casa. Pero no se animaba."... eso de romper una puerta no es para mí; yo no hago esas cosas" comentaba. Su estrategia era tratar de hablar con los dueños de las casas que el veía vacías y convencerlos de que no tenía otro lugar y que no pretendía quedarse ahí de por vida. "Yo no quiero vivir en casa ajena; yo tengo mi barrio, tengo mi casa. Yo al barrio no lo cambio por nada, pero no se podía volver". Un día se decidieron y con María ocuparon una casa que estaba desocupada. A los pocos días llega la policía diciendo que se había presentado una denuncia por usurpación. Pocos minutos después llega el "dueño" de casa. El arreglo, obviamente, fue de palabra. Los Martínez se podían quedar, a cambio se comprometieron a ir manteniendo la casa. Mientras tanto Fabio fue investigado en la jefatura y en su trabajo para ver si era persona "de bien" Fabio lo es. Hasta ahí, todo "bien". Pero la denuncia por usurpación nunca fue levantada. "Yo todavía confío en la gente; yo no puedo creer que la gente pueda ser tan rata; yo soy así, yo confío". Increíble poder seguir confiando. Ellos creían que la palabra de "el dueño" valía tanto como la suya. Sin embargo, por qué no confiar; los Martínez recibieron la ayuda de todos los vecinos. "La gente ha sido tan buena, tan solidaria ... pero no entiendo para qué quiere la casa si él no la usa; si nosotros se la limpiamos, se la arreglamos y nosotros le dijimos que no queremos quedarnos acá ... nosotros tenemos nuestra casa, pero no podemos volver".

Finalmente los Martínez fueron desalojados. Deambularon por centros de evacuados y por la casa de unos parientes abarrotada de otros parientes también evacuados. Días pasados, cuando el agua fue bajando retornaron a Santa Rosa, a pesar de que las condiciones de salubridad no estaban dadas para habitar el barrio. María cuenta: "las paredes estaban todas húmedas, el ya había limpiado pero esto era todo agua, parecía que filtraba. Lo que era ahí la vereda era lo que es la zanja. No se podía ni pasar para acá; el puso esas bolsas y con eso pasamos, y la pieza esa que es la mas chiquita y con eso dormíamos todos juntos, sin cama, ahora tenemos dos camas. Las amontonamos y dormimos todos juntos, en el suelo, los chicos, no podemos dormir. Hubo que tirarlo todo. Fabio tiraba cosas y había gente que levantaba la ropa de los chicos. No está bien que alcen esas cosas porque eso estaba todo inundado, todo penetrado, el olor a podrido queda, tanto tiempo estuvo acá."

Como estos relatos existen cientos. Son historias de ciudadanos comunes.

En sus declaraciones del martes Carlos Reutemann utiliza la primera persona del singular. La inundación le pasó a él y los responsables de las obras necesarias para la ciudad son otros: la lógica y la ingeniería. Carlos Reutemann se coloca como víctima de la catástrofe e irresponsable de las obras que en el futuro la evitarán. Debería saber que además de ser Carlos Reutemann es el gobernador de una provincia argentina llamada Santa Fe.

difusión / CANOA
canoa@ciudad.com.ar


 
Santa Fe Vista Aerea
Inundaciones en Santa Fe: la ONU evaluó los daños ocasionados La organización estima que las pérdidas alcanzan un total de $ 2.878 millones
A invitación del PNUD (Programa de las Naciona Unidas para el Desarrollo) y respondiendo a la solicitud del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, técnicos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentaron hoy un informe de evaluación de los daños ocasionados por las inundaciones que asolaron la región durante mayo último. .La estimación de CEPAL, agencia de la ONU encargada de la elaboración de este tipo de estudios, eleva el monto de los daños hasta un total de $ 2.878 millones. .Esta cifra, que abarca tanto a daños directos como indirectos, representa un 12 % del PBI provincial. Para aproximarse mejor a la magnitud de las pérdidas, los daños en Santa Fe son proporcionalmente equivalentes a los provocados por los terremotos que sacudieron Salvador en 2001 o los provocados por el fenómeno climático "El Niño" en los países afectados. .De acuerdo a los funcionarios de Naciones Unidas encargados de su elaboración, este informe debe servir para evaluar la situación en la que se encuentra la zona afectada actualmente e identificar líneas de proyectos para la reconstrucción necesaria. El estudio pretende convertirse también en una llamada a la comunidad internacional para que se hagan eco de las necesidades en Santa Fe. .Según recoge el estudio, las pérdidas afectaron en su mayor parte a la actividad productiva, principalmente al sector agropecuario. Pero en términos sociales, resulta aún más preocupante el hecho de que las condiciones de vida de la población de menores ingresos ubicada en zonas marginales urbanas se deterioraron significativamente. .Además, la ONU presentó un proyecto integral para resolver el problema habitacional suscitado por la emergencia, que incluye la rehabilitación de las viviendas afectadas (monto estimado necesario U$S 4 millones) y la construcción de viviendas nuevas (monto estimado necesario US$ 15 millones). .Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo .


17.6.03
 
Hospital de Niños inundado
La inundación que vienePor Jorge Cappato

La falta de previsión y la desidia estatales fueron más dañinas que las aguas desbordadas del Salado. Cómo evitar el próximo desastre.

Los desastres como el de Santa Fe no son casuales, responden a una fórmula. A una receta infalible: incapacidad de aprender de los errores (propios o ajenos); desinterés por la información científica y falta de preparación para interpretarla; percepción incompleta de la realidad (ambiental y social); y una dosis variable de soberbia y desidia en la función pública. En el caso de esta catástrofe hicieron falta unos ingredientes más todavía: la sordera ante las advertencias, la increíble falta de velocidad de reacción y un inconcebible abandono de la masa cautiva de votantes pobres que sostiene al mismo sector político en el gobierno de la ciudad desde hace veinte años.
Santa Fe podía no estar preparada para un terremoto, para una erupción volcánica o para la caída de un meteorito. Pero es absolutamente inaceptable lo sucedido en una ciudad que desde siempre ha sido azotada por las inundaciones. Después de la crecida histórica del Paraná de 1905, la generación actual padeció crecidas extraordinarias en 1983, 1992 y 1998. Y siempre en el otoño e invierno.
La caída del símbolo de la ciudad, el Puente Colgante, en la crecida del '83 a causa de una ruta construida a modo de terraplén transversal a las aguas dejó enseñanzas muy claras que hacían ahora evitable los problemas derivados del mal diseño de la Autopista Santa Fe - Rosario. Para citar sólo un ejemplo. Este desastre es también el fruto de una larga sumatoria de reiterados errores. Quienes echan la culpa a una lluvia extraordinaria o a la "naturaleza" deben saber que esas razones irritan a la opinión pública.

Después del desastre anunciado
Lo que viene ahora es un largo invierno. El más duro desde que Juan de Garay fundó la ciudad en 1573. La ayuda oficial se dirige principalmente a los 40.000 afectados que se hacinan en los centros de evacuación. Pero hay todavía unos 100.000 autoevacuados que siguen refugiados en casas de parientes o amigos. Están bajo techo pero perdieron todo. No son pocos los que peregrinan buscando ropa, comida y medicamentos. Muchos eran cuentapropistas que perdieron sus medios de trabajo.
Cuando lleguen los créditos del Banco Mundial habrá que ver. Si van como siempre a grandes empresas para hacer terraplenes dejando a la gente con los techos de sus casas a una altura por debajo del nivel del agua en las crecidas. Si serán destinados a reconstruir la ciudad con nuevos criterios. O si además los fondos se destinarán a un plan consistente para mitigar "la inundación que viene", la de una extrema pobreza y desocupación. No sea que veamos planes de reasentamiento para llevar a los afectados a barrios recién construidos pero sin trabajo y sin trama social. Repitiendo la triste experiencia de los reasentados de Federación o de Yacyretá.

Una lección para todos
La tragedia de Santa Fe, el mayor desastre evitable de la historia argentina, debe servir de lección para todos. Definitivamente: no pueden librarse a su suerte a poblaciones en zonas de riesgo. Cuando una maestra recibe una alarma de bomba en su escuela, saca los chicos a la calle. Después chequea la veracidad del alerta. Es lo que aquí hizo falta. Usar el sentido común. Si hablamos de amplias zonas vulnerables hay que tomarlo en serio.
El "Día Después", o sea mañana, los gobiernos de las ciudades y Estados del litoral fluvial deben comenzar a escribir (o, mejor, a preparar con los mejores expertos) los imprescindibles planes de contingencia y los manuales de emergencia. También un sistema de monitoreo y alerta temprana. Deben informar, educar, capacitar y entrenar a la gente y a los líderes sociales para que todos sepan exactamente qué hacer y hacerlo a tiempo.
En cada zona de riesgo hídrico, sísmico, químico o nuclear -y Argentina los tiene todos-, deben hacerse simulacros de alerta y evacuación, entrenando a la población vulnerable.
La terrible lección del Salado debe hacer también que los organismos de gobierno decidan mirar de frente al gran coloso: el río Paraná y su cuenca. La Cuenca del Plata, la segunda en importancia en Sudamérica después del Amazonas y la cuarta a nivel mundial. Convocando a la cooperación internacional frente el riesgo que representan para el país, y especialmente para las poblaciones del litoral fluvial, sus graves amenazas. Que no sólo son el cambio climático y El Niño, sino la deforestación, monocultivos insustentables, obras públicas y planes de desarrollo mal planificados.
Esta región, que incluye el mayor cordón poblacional de Argentina, recoge las aguas de 3.000.000 de kilómetros cuadrados donde se agotan los suelos y se arrasa la "esponja vegetal" absorbente. Las fotos satelitales muestran la devastación en los Llanos bolivianos, en todo Paraguay y en Estados brasileños del tamaño de España como Mato Grosso do Sul y Mato Grosso -que lleva el récord de incendios intencionales de bosques en los últimos años. Más agua y más rápido para las inundaciones del futuro.
Si, como propone Carlos Reutemann, hay que "refundar Santa Fe", también hay que "refundar el Estado". Crear mecanismos para que los más capaces ocupen los puestos vinculados a la seguridad y la vida de miles de personas. Terminar con el divorcio entre el sector científico-tecnológico y los tomadores de decisión. Tampoco habrá reconstrucción viable si no es entre todos. La generación de políticas públicas realmente eficaces frente a los desafíos sociales y ambientales es imposible sin participación social. Se debe planificar con la gente, implementar con la gente, cuidar con la gente.
Parafraseando a Barbara Ward, podemos hacer trampas con la moral. Podemos mentir en política. Podemos engañarnos a nosotros mismos. Pero no hay bromas posibles con el cambio climático, el aumento de la pobreza, el manejo del agua y las inundaciones".


(*) Coordinador de Amigos de la Tierra - Argentina
Director de la Fundación Proteger - www.proteger.org.ar
Premio Global 500 de Naciones Unidas - 1992


13.6.03
 
"El gobierno está ocultando números reales de muertos"

Reportaje: Miguel Espinaco

En el local de Acción Educativa había terminado la conferencia de prensa que las organizaciones integrantes del Comité de Solidaridad habían convocado, más que nada, para notificar a la población sobre domicilios y teléfonos en los que se podría conseguir asesoramiento legal y en los que se podrían aportar denuncias y testimonios .
Lucila Puyol, Milagros Demiryi y Lida Massin rodean una mesa con mate, grabador y cenicero, y se disponen con toda la paciencia a reiterar el relato que ya hicieron a otros medios y que repetirán seguramente otras tantas veces en el transcurso de la mañana.
Ya se sabe lo difícil que resulta competir en el universo informativo que agrede diariamente a la castigada opinión pública, ya se sabe lo complicado que es pelearle centímetros de diario a la pintoresca leptospirosis del gobernador o a la reiterada sanata de disputas entre el intendente Álvarez y el Ministro Asensio para que la información que importa tenga algún espacio, para que se sepa.
El Comité de Solidaridad ha venido funcionando desde los primeros días de la inundación. El 21 de mayo estuvieron reunidos con Carranza, ministro de Gobierno de Reutemann. Milagros Demiryi nos cuenta:
"Le presentamos un petitorio en el marco de la movilización que se hizo. Estuvimos una cantidad importante de instituciones de Santa Fe, desde los organismos que formamos el Comité donde hay organizaciones sociales, de desocupados; había asambleas de inundados - o sea las nuevas organizaciones que han surgido - gremios... Entró una comitiva de quince personas que fue lo que se aceptó en ese momento y fue bastante trabajoso que nos atendieran porque el gobernador no estaba. Al final apareció el ministro Carranza, y en términos generales la audiencia fue larga y se expusieron todos los puntos de preocupación en relación a la situación que se vivía en ese momento y que aun perdura. En realidad no hubo ninguna respuesta satisfactoria, a cada uno de los reclamos puntuales que se le hizo, la respuesta era que estaba declarada la emergencia o la alimentaria o la sanitaria, y ante la denuncia de la necesidad concreta que diariamente uno ve en cada lugar o que vive, la respuesta era como que bueno, que creían que eso no estaba pasando, que iban a ver. En realidad no hubo ninguna respuesta satisfactoria a los pedidos".
Es Lucila Puyol la que interrumpe como con sorna: "salvo algunos pedidos de lavandina, que rápido y pronto tomó el teléfono", pero después cambia el gesto y sigue contando que "en realidad de todos los puntos dijo que si nosotros detectábamos necesidades no cubiertas que se la hicieran llegar puntualmente. El tema es que se le pedían resoluciones más expeditivas a cada una de las situaciones que viven las personas, las familias, los barrios, el tema de la basura hasta el tema de la alimentación, hasta la cuestión de la vivienda y en otros temas, como la cuestión en particular de muertos y desaparecidos, lo que el ministro Carranza dijo concretamente es que estaba recibiendo información diaria de los organismos oficiales respecto como iba evolucionando la situación en particular de los desaparecidos y nos entregó en ese momento una lista de 23 muertos de los cuales 22 estaban reconocidos y uno sin reconocer en ese momento".
- Pero hoy se habla de 25, no?
- La verdad que no se cual es la última información oficial. Lo que dijo es que ellos no decían que no hubiera más muertos, en eso fue claro digamos, decimos que hay esto porque de esta cantidad es que tenemos documentación. Se solicitó allí, se pidió la investigación, el esclarecimiento respecto a cada una de estas situaciones y se le planteó que había una sospecha de ocultamiento de información que esto no era una impresión nuestra, sino que incluso los organismos de derechos humanos cuando nos reunimos con organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud o UNICEF que estuvieron aquí en Santa Fe en las primeras semanas, ellos mismos nos dijeron que tenían claro que este gobierno les ocultaba información, con lo cual nuestra apreciación no era una cuestión caprichosa, y bueno, esto tiene que ver con el derecho a la información y a la verdad. La solicitud particular también fue el tema de la participación de los organismos en esta tarea, o sea el reconocimiento oficial, el acceso a la información que pueda llevar a un esclarecimiento total y absoluto.
- Ustedes están haciendo un trabajo de investigación, un relevamiento, no? ¿Tiene alguna lista ya hecha?
- No, una lista clara aún no, estamos en una etapa de investigación. No podemos decir a esta altura que tengamos una definición. Sí tenemos una presunción muy fuerte y en algunos casos que se están concretando de la ocultación de la que hablaba Milagros, porque por ejemplo hay casos de personas que fallecieron, que tienen partida de defunción, que se les entregó a sus familiares el cuerpo y que sin embargo no están en la lista oficial. O sea que esto indica que si bien fueron entregados los cuerpos y que no estarían en calidad de desaparecidos, sí el gobierno está ocultando números reales de muertos.
Cuando repregunté si era así, si sabían de casos en los que el gobierno había entregado los cuerpos y las partidas de defunción pero no los habían incluido en la lista oficial, cuando confirmé que había oído bien, me acordé una vez más de las versiones echadas a rodar que hablaban de pilas de cadáveres amontonados en las morgues, de operativos secretos de cremación en masa, y pensé que mirá vos, mira que fácil les resulta a los que tienen el poder mezclar las caras, las historias y las tristezas de la muerte en un número que no afecte demasiado "en términos políticos", entreverar las vidas en la marea informativa para que no se sepa la verdad.
La entrevista con Kirchner
El martes 3 de junio, en el marco de una entrevista solicitada por ocho organismos de derechos humanos de Buenos Aires, hubo un lugar para que representantes de Santa Fe pudieran contar inquietudes y dejar sus denuncias.
"Primero hablaron los representantes por cada uno de los organismos - cuenta Lucila - exponiéndole los puntos que están acá en el memorándum, que tienen que ver en líneas generales con la defensa de los derechos humanos en todos los aspectos, desde la vigencia y la adecuación en el derecho interno de los pactos internacionales, pasando por las leyes de impunidad, qué posición había sobre los pedidos de extradición y concretamente, ya más en el tema de los derechos humanos en la actualidad, de la cuestión militarización, la cuestión de la seguridad, el asentamiento de los pueblos originarios e incluso se estuvo charlando sobre el tema de la legitimidad de la deuda externa. Fue una entrevista muy larga, de más de dos horas, Nosotras desde la representación de Santa Fe fuimos las últimas en exponer. Fue también muy importante, creemos que muy contundente tanto lo que nosotros exponíamos como el posicionamiento de ellos respecto al conocimiento que tenían y de alguna manera la dificultad o el respeto por la autonomía provincial, entonces que ellos ponían a nuestra disposición las relaciones con el gabinete, pero siempre dependía lo que pudieran o no participar en forma conjunta en dar solución a lo que les permitiera el gobierno provincial. Respecto de los muertos y desaparecidos, puntualmente el secretario de Derechos Humanos estaba allí en la reunión, Eduardo Luis Duhalde, fue designado directamente por Kirchner para que se comunique con nosotros. Después de esta entrevista larga tuvimos una reunión con parte del gabinete, entre ellos Duhalde, para charlar directamente y ver como podíamos coordinar para que pudieran colaborar en el esclarecimiento. Y respecto del resto de las cosas que se le planteó, la cuestión alimentaria, habitacional, sanitaria y el pedido nuestro de la ley nacional de indemnización, nos conectamos con el resto del gabinete como para tener una permanente circulación para poder hacer propuestas. Fue como muy expeditivo, vamos a ver como se resuelve, no? Como que uno ve algunas medidas y empieza a creer o tener esperanzas de que en algún momento alguien nos escuche, lo que no sucedió en ningún momento acá en la provincia. Hoy decíamos, evaluábamos desde el comité, la importancia de poder nacionalizar el conflicto, mostrarlo hacia afuera, no que quede como que los únicos problemas que hubo fueron los de algunos punteros que se quedaron con alguna frazada o con algún alimento y el resto de las cosas están bien, si no mostrar que es una falacia la vuelta a casa porque no se puede volver a las viviendas en las condiciones que están y además hay lugares donde ni siquiera están las viviendas, que ni los boxes ni los galpones son lugares para vivir, que la vuelta a la escuela también es una falacia porque hay un porcentaje altísimo de niños y niñas que no tienen ni útiles escolares ni posibilidades de ir a la escuela. Nos pareció que esa fue una instancia importante de sacarlo hacia afuera y que otro de alguna manera puedan hacer una suerte de veedores, si bien no tienen esa calificación, pero sí de alguna manera interpelar permanentemente a este gobierno que nos está cerrando a las organizaciones sociales todas las puertas para participar en conjunto.
Milagros ni aprueba ni desaprueba la expectativa contenida que se nota en Lucila, y sigue con el relato: "incluso el fuerte planteo por parte nuestra de que esto no ha sido solamente una catástrofe natural, o sea que acá hay responsabilidades tanto del gobierno provincial como del municipal. Respecto a esto se le informó al presidente por qué nosotros nos posicionamos de esta manera, que documental existe, y a su vez se le informó que se habían iniciado denuncias penales y se le dejó una copia de la denuncia presentada por el Comité de Solidaridad. Por otro lado, esto que decía Lucila, la situación que se vive día a día, con estallidos de escenarios múltiples conflictivos y el tema de la falta de respuesta efectiva y duradera a cada uno de los problemas que van surgiendo, nosotros los planteamos como una problemática que afecta los derechos más elementales de las personas de manera sistemática, o sea se está violando el derecho a la alimentación, al hábitat digno, el derecho a la información, y en ese sentido es como que también planteamos que el tipo de respuestas que se han dado hasta el momento en cierto modo lo que hacen es generar nuevos problemas, justamente porque el afectado directo no es un partícipe activo, no hay ningún tipo de interlocución, de lugar para lo que son las organizaciones sociales, acá hubo toda una historia de voluntad de aportar y participar en esta emergencia por parte de todas las organizaciones sociales y el comité surge como respuesta a esto pero termina dando respuesta en parte a lo que el gobierno no respondía, con todas las limitaciones del caso, porque no somos organizaciones que estemos preparadas para esto, es decir la dificultad de poder sentarnos en una mesa para trabajar juntos por la gente, que es lo que hoy en día está en la mira nuestra, fundamentalmente.
Subsidios e indemnizaciones.
Esta semana, los medios santafesinos dieron profusa difusión a un subsidio de mil doscientos pesos que sería entregado por el gobierno a las familias de los barrios afectados. Uno de los planteos que hace el comité de solidaridad en el petitorio presentado a Carranza refiere a la necesidad de "una indemnización total y urgente que cubra la reconstrucción de las viviendas familiares, locales comerciales e industriales, muebles y útiles, stock de mercaderías, etc., a través de una ley provincial y/o nacional". Preguntamos, y esto nos contestaba Lucila:
"El gobierno lo que está tratando es de frenar la ola de juicios y de demandas que tiene todos los días. Todos los días hay una movilización, hay un reclamo, hay un petitorio, y bueno, y vemos que desde ese lugar están tratando de calmarlo. Debe haber ciertamente una participación en esto del gobierno, o por lo menos nosotros lo asociamos así, desde el momento que en Buenos Aires nos dijeron problema de plata no hay para Santa Fe. Nos parece que tiene que quedar claro que esta ayuda o subsidio tiene que tener ese marco, una ayuda o subsidio puntual para este momento donde no tienen nada, porque con esos 1200 pesos no se reponen ni siquiera los bienes muebles que estaban adentro de la casa, menos aún lo estructural. Como dice el gobierno, no es devolutiva, es una sola asignación, bueno, en esos términos cualquiera me parece que tiene que aceptarlo porque lo necesita, pero sin que eso implique un desistir ni de los que quieren hacer juicios particulares, ni de los que pensamos que hay que trabajar en una ley de indemnización para todos que obviamente tiene que tener otro monto, y tiene que tener un responsable directo porque una indemnización es muy diferente a un subsidio. La indemnización nos está diciendo acá hay un responsable de esto, que no es una catástrofe natural más allá de que pueda haber sido una inundación extraordinaria respecto de otras pero que fue prevista, que no se la anunció pero se podrían haber tomado las previsiones necesarias, que no hubo evacuación, que no se cerró la defensa, todo lo que ya sabemos. Eso implica que hay responsables políticos y por lo tanto en ese marco es importante una indemnización que cubra no solo los daños materiales y morales, sino el proyecto de vida de todos los damnificados, porque si nosotros vemos las encuestas que está haciendo la municipalidad ahora dice: ¿usted quiere volver o no a su casa? Como que alguien no quisiera estar en su casa, una cosa es no poder y otra cosa es no querer, cuando hasta el día antes vivían en esa casa, tenían un proyecto de vida junto a su familia, junto a sus vecinos, en los casos de los movimientos organizados junto al resto de la comunidad, no es lo mismo irse a cualquier barrio, entonces eso también tiene que estar contemplado. Y en este subsidio en lo único que se está pensando es en cubrir cierto margen de los daños materiales, nada más.
"¿Por qué en los barrios originales? ¿Es recomendable que la gente vuelva a vivir al valle de inundación del río? ¿ustedes ven que masivamente la gente quiere volver a sus barrios?" pregunto yo todo junto, porque me acuerdo que alguien había criticado esa definición tan taxativa.
"No es que queremos que la gente vuelva a su barrio. La gente está ya en sus barrios, la mayoría está en los barrios - responde Lida Massin a todas mis preguntas - La gente está conviviendo con todo el deterioro ambiental que produjo la catástrofe, y bueno, a mi me parece que justamente el proyecto de vida no es que lo hayan descartado para empezar uno nuevo, es toda una historia construida en el barrio, toda una historia de lucha, toda una historia de familia, toda una historia de trabajo en el barrio y me parece que no se puede borrar del día a la noche. Y ese tema de sacarlos, de ubicarlos en otro lugar, es como también empezar de nuevo para ellos, me parece que uno siempre trata de retomar lo que estuvo construyendo hasta el momento para de ahí en más avanzar. Así que justamente en eso nos basamos cuando decimos no a sacarlos y ubicarlos en otro lugar si no tratar de reconstruir lo que haya. Obviamente hay sectores que hay que ver en que condiciones y cómo se van reinsertar en el barrio, pero me parece que hay que cuidar más la cosa. Vas ahora a los barrios y es como que te das cuenta, la gente está conviviendo con la basura, con el deterioro ambiental, no se retira la basura de los lugares entonces están quemando, es la única alternativa que tienen, no hay ningún tipo de ayuda para la reconstrucción de sus casas, una cuestión mínima, ¿con 1200 pesos qué se compra? de última una heladera, una cocina medio pelo. Hay todo un soporte que no está llegando al barrio, me parece que desde ahí hay que empezar a ver el tema de la reconstrucción de las viviendas."


11.6.03
 
Todos conocían el talón de Aquiles de la ciudad
04 Jun 2003
Por Pablo Bosh (www.datasantafe.com.ar)
Todos conocían el talón de Aquiles de la ciudad

Ningún funcionario provincial o municipal puede decir que desconocía la existencia de una brecha en las defensas sobre el río Salado. El proyecto de la Avenida Circunvalación Oeste advertía sobre la necesidad de un cierre provisorio a la altura de calle Gorostiaga.

La mayoría de los especialistas que analizaron el desarrollo de la inundación en la ciudad de Santa Fe, coinciden en señalar al tramo final de la Circunvalación Oeste a la altura de calle Gorostiaga, como el punto débil del anillo de defensas, por donde se produjo el mayor ingreso de agua, que anegó a barrios que jamas sospecharon semejante posibilidad.

La amenaza que esta brecha representaba para la ciudad era conocida por la municipalidad y el gobierno provincial desde el momento en que se iniciaron las obras de la avenida circunvalación. La evidencia disponible sobre este conocimiento, transforma en una grosera provocación, la excusa del “sí sabían, porque no avisaron”.

En el artículo, “La catástrofe pudo haberse evitado”, publicado en datasantafe, por los ingenieros Juan Pablo Acuña, Pablo Hillar y Roberto Contini, se afirma que, “al quedar inconclusa la obra de defensa y a partir de allí continuar el terreno natural con una cota menor, es esta última cota, la que realmente determinó el funcionamiento de la defensa invalidando por completo el objeto de la misma. Esta inconsistencia técnica fue subsanada en el proyecto donde a manera de advertencia, se especificaba que mientras no se ejecutase la tercer etapa, y al sobrepasar el Río determinado nivel debían implementarse acciones preventivas, que el mismo proyecto describía, destinadas a completar en forma provisoria la defensa de tal forma de impedir el ingreso de las aguas a la zona protegida”. Por ello, los profesionales concluyen, “todo tipo de justificación basada en la no-ejecución de una tercera etapa de las obras de defensa sobre el Río Salado, no puede ser sustentada desde ningún punto de vista y menos aun desde la óptica de la Ingeniería, en razón de que en toda obra realizada por etapas, cada una de ellas debe garantizar por si misma un correcto funcionamiento, en forma independiente de la concreción o no de las etapas siguientes”.

El proyecto lo advertía

En el archivo de la Dirección Provincial de Vialidad se encuentra el proyecto completo de los tramos I y II de Avenida Circunvalación Oeste de la ciudad de Santa Fe. El trabajo fue realizado por un equipo de ingenieros, provenientes de la empresa Consulser, alguno de los cuales continuaron trabajando para el estado provincial.

Entre los documentos elaborados, se encuentra la Lámina 34, que describe en varias vistas el “Muro de empalme del cierre provisorio de la defensa”, ubicado sobre calle Gorostiaga, en el acceso al Golf Club. En la parte superior del plano una leyenda destacada dice: “Sector de cierre provisorio. Unicamente en crecidas extraordinarias y con interrupción del tránsito”.

Para este punto clave de la obra, la memoria descriptiva del proyecto presenta los siguientes detalles. En el punto 4 del título, “Traza de la obra”, se explica: “El final de la defensa es provisorio hasta tanto se continúe con una 3° Sección, ya que en esta zona no se puede efectuar un cierre “natural” a cota +17,50m IGM al no existir la misma en el terreno circundante”, por ello continua el trabajo, “el cierre se efectuará sobre un muro de mampostería reforzada ubicado sobre el cordón sur de la calle Gorostiaga, inmediatamente al Oeste de la entrada al Hipódromo de Las Flores”, tal como podía verse antes que el río devastara el sector.

Finalmente, a modo de advertencia, el proyecto de la Dirección Provincial de Vialidad dice: “La calle Gorostiaga tiene frente a dicho cierre, una cota de +16,40 m IGM, por lo que deberá, para crecidas mayores a la máxima histórica, realizarse un alteo provisorio de la misma, con bolsas o elementos similares que puedan una vez finalizado el evento extraordinario, ser retirados para rehabilitar el tránsito en dicha arteria”.

Una aplicación exitosa de esta recomendación fue realizada por la Municipalidad de Santa Fe durante la crecida de mayo de 1998.

Lo sabían

En el diseño de esta obra participaron profesionales que hoy prestan servicio en diferentes organismos del estado municipal y provincial. El proyecto hidráulico fue realizado entre otros por: el ingeniero Romero, integrante del equipo político del ministro Berli; el licenciado Capalletti, funcionario del intendente Álvarez; y el ingeniero Jonas, empleado de la Dirección Provincial de Obras Hidráulicas, y responsable en 1998 del cierre provisorio del sector, cuando era secretario de Asuntos Hídricos de la municipalidad.

Precisamente, esta última repartición, a través de la Dirección de Ingeniería, elaboró en octubre de 1999 un anteproyecto denominado: “Cierre Oeste de la ciudad de Santa Fe”. El mismo contemplaba la continuación de la defensa por afuera del campo de golf, hacia el oeste, hasta la intersección de Estado de Israel con Camino Viejo a Esperanza. La propuesta fue costeada en $ 800.000, y se presentó en Vialidad e Hidráulica de la provincia. Nunca se concretó, porque “alguien” decidió que se podía esperar hasta la construcción del tercer tramo de la Circunvalación. El final, ya es trágicamente conocido.



3.6.03
 
Mercier, el Reconstructor.
28 May 2003
- POR LUIS MORO: El CPN J. C. Mercier, futuro asesor de la Unidad Ejecutora para la reconstrucción de la ciudad de Santa Fe, fue en 1994 el responsable de licitar las fallidas obras de defensa del salado Este es un informe de quien fuera sindicado como el “prolijo administrador” de la era reutemista con su extraña compulsión a renegociaciones perjudiciales a la provincia de Santa Fe con entidades financieras. Tal es el caso de la que impulsó -como ministro de hacienda- con el Banco Dexia, a mediados de mayo de 2002. El resultado de la misma fue el engrosamiento de la deuda pública provincial en unos 15 millones de pesos.
El Contador Juan Carlos Mercier, futuro asesor financiero de la Unidad Ejecutora encargada de la reconstrucción de la ciudad de Santa Fe, fue en 1994 -como titular del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la provincia- el responsable de licitar las fallidas obras de defensa que ocasionaron la pérdida de numerosas vidas y la destrucción de un tercio de la ciudad.

El presente informe traza un perfil escasamente difundido de quien fuera sindicado durante más de una década como “prolijo administrador” de la era reutemista: su extraña compulsión a renegociaciones perjudiciales a la provincia de Santa Fe con entidades financieras. Tal es el caso de la que impulsó -como ministro de hacienda- con el Banco Dexia, a mediados de mayo de 2002. El resultado de la misma fue el engrosamiento de la deuda pública provincial en unos 15 millones de pesos.

Violando la Constitución de Santa Fe y disposiciones legales vigentes como la ley de contabilidad; contrariando dictámenes ad-hoc emitidos por el Gobierno Nacional y por la propia asesoría legal del Ministerio de Hacienda de Santa Fe, el gobierno “administrativamente prolijo” de Carlos Alberto Reutemann, en un acuerdo encabezado por el entonces superministro Juan Carlos Mercier –una de sus últimas y casi desconocidas intervenciones- permitió dolarizar el saldo de una deuda que el Estado provincial mantenía con un banco francés –6 millones de dólares a mediados de mayo de 2.002- aumentando en 15 millones de pesos la deuda pública santafesina, pese a que por el contrato original debían pesificarse las restantes amortizaciones del compromiso financiero, en virtud de la legislación nacional vigente -ley 25.561- a la que se sometieron las partes originariamente. Tan sólo una semana más tarde, el mismo Ministro -que a principios de los años ochenta manejara las finanzas del último gobierno de facto provincial- observaba con beneplácito la consagración legal de la “inembargabilidad de los fondos públicos provinciales” por parte de ciertos acreedores del Estado santafesino, quedando claro de esta manera, a través de sendas iniciativas avaladas por el gobernador, que no todos los acreedores del Estado son iguales ante la ley: El rigor de la crisis económica y de la legislación de emergencia vigente en la provincia sólo es aplicable a empleados públicos, jubilados y aquellos proveedores y contratistas del Estado que no accedan a las cercanías del poder político. Los únicos privilegiados en la Santa Fe del tercer milenio -que ha incrementado la pobreza hasta alcanzar al 60% de sus habitantes en algunos distritos, como el Gran Santa Fe- no son ni los niños, ni los trabajadores, sino los banqueros.

ENTONANDO LA MARSELLESA

La ley 11.596, sancionada por la legislatura en 1.999 –gobernaba la provincia el Ingeniero Jorge Obeid- creó el “Fondo de Asistencia a los productores damnificados por el fenómeno de El Niño”, autorizando a la provincia a endeudarse financieramente hasta 50 millones de pesos. Con este antecedente reglamentado mediante el Decreto 257/99, el 31 de marzo de dicho año se celebró un contrato de préstamo por un monto total de 10 millones de dólares entre el Estado santafesino y el banco de origen galo Crédit Local de France, sociedad luego reemplazada por la denominación Dexia Crédit Local. El endeudamiento en moneda extranjera constituye una irregularidad respecto de lo dispuesto en la ley 11.596, que regula una operación crediticia en moneda argentina. Un detalle –no menor, por cierto- que no fue cuestionado por los órganos de control locales en aquellos días. La Fiscalía de Estado, organismo que de acuerdo al artículo 82 de la Constitución provincial debe resguardar los intereses de los santafesinos, sí puso de manifiesto que la mejor oferta no había sido la del banco extranjero que finalmente se adjudicó la licitación, sino la del COMAFI, un banco nacional. Pese a ello la administración de Obeid desestimó la oferta de la entidad financiera local y firmó un contrato con cláusulas abusivas y leoninas, como la imposición del aval y garantía de todos los bienes públicos de la provincia ante cualquier litigio, al más puro estilo rivadaviano; o la imposibilidad de compensar las acreencias existentes a favor de la provincia contra el Banco, desconociendo cualquier parámetro racional de equidad jurídica.

El acuerdo originario se fue amortizando normalmente entre los años 2.000 y 2.001, hasta que a comienzos de 2.002, la provincia incumplió con los vencimientos de las cuotas de enero y abril.

¿Qué hizo entonces el gobierno de Santa Fe, en un trámite que aceleró inusitadamente el funcionamiento de su estructura burocrática? Pese a que en el contrato original ambas partes se sometían a la legislación vigente en argentina, el principal referente por aquellos días de la “prolija administración” del reutemismo Juan Carlos Mercier, cuya higiénica trayectoria de ajuste en la función pública fue destacada por algunos legisladores de extraña oposición al gobierno, optó por solicitar una renegociación del crédito al Dexia Crédit Local, comprometiendo a la provincia a pagar el saldo adeudado al valor del dólar libre -$3,60 en esos días- a cambio de prolongar en el tiempo el plazo de cancelación definitivo del préstamo.

De esta manera, el ministro que al retirarse de la administración pública declamaba que “no había endeudado a la provincia en un solo peso”, rompía un contrato original que por imperio de la coyuntura beneficiaba a la provincia, reemplazándolo por otro que aumenta la deuda pública santafesina en unos 15 millones de pesos.

CONTRACARAS

A mediados de julio de 2.002 José Alberto Bellingieri, Juez Federal de la localidad entrerriana de Concepción del Uruguay, hizo lugar a un recurso de amparo por el cual se pesifica con valor uno a uno la deuda que la municipalidad de Gualeguaychú mantenía con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), advirtiendo a la Nación y a la provincia de Entre Ríos que no podrían descontar de la coparticipación al municipio la eventual diferencia que surgiera del pago de la deuda con un dólar valuado a más de un peso. Pese a las presiones políticas, un juez priorizó las necesidades de su comunidad por sobre las exigencias de un organismo de crédito internacional, sentando un digno precedente a nivel nacional. Una actitud totalmente disímil a la del gobierno santafesino en la renegociación con el Banco Dexia, que también sienta un precedente a nivel nacional y provincial, pero de humillación y renuncia a la legalidad frente a las exigencias de los acreedores extranjeros. Quince millones de pesos que se van a esfumar de las arcas del Estado provincial para beneficiar a banqueros, por una maniobra de Mercier, quien impuso incumplir casi contemporáneamente con los compromisos del Estado santafesino con el Fondo de Asistencia Educativa (FAE) por 20 millones, y terminó su ciclo de políticas maltusianas sin atender el pedido de auxilio del Ministerio de Salud, que mantiene congelado el presupuesto asignado a su cartera desde el año 93’, pese a que la demanda de su sector creció un 60% y el “dólar médico” trepó a seis pesos. Esas son las contracaras del orden económico de la provincia adjudicado durante casi una década a la administración de Mercier. Una década de gobierno que construyó una de las sociedades más polarizadas de la historia de la provincia, en la que la desocupación llegó a un techo histórico jamás visto y la pobreza se expandió vertiginosamente hasta alcanzar en algunos distritos provinciales a casi un 60% de la población. Claro que no todos pagan los costos de esta prolija administración. Algunos, como el Banco Dexia, sólo pasan por ventanilla.



1.6.03
 
SOCIEDAD: EL CASO DE SANTA FE

La mitología que fue creciendo con el agua

Que se ocultan cadáveres o que las vacunas tienen poder mágico son creencias que acompañan la catástrofe. Cómo se construye la subjetividad en una crisis.

Sibila Camps. DE LA REDACCION DE CLARIN

El agua de la inundación también trajo mitos a Santa Fe, que fueron ramificándose con el correr de los días. Hablan de muertos ocultados por las autoridades, de saqueos en las casas inundadas y de camiones que traen donaciones, de "limpieza" de delincuentes por parte de la Policía, del poder mágico de las vacunas. Muchos son comunes a todas las catástrofes. Otros, según los especialistas, se basan en datos previos que son ciertos.

Aparecieron cientos de muertos, pero el Gobierno los oculta. Los buzos tácticos de la Policía estaban pidiendo bolsas para cadáveres. Pidieron 500 bolsas. La morgue del Hospital Cullen está abarrotada de cadáveres. Las morgues de todos los hospitales están llenas de cuerpos. Los creman por la noche. Los tienen escondidos en un frigorífico del sur de la ciudad. Por la noche los llevan a Paraná, en un camión frigorífico.

"La tremenda desconfianza hacia las autoridades se manifiesta en discutir lo más terrible, el núcleo de la tragedia, nuestros muertos", reflexiona Máximo Sozzo, docente de Sociología de la Universidad Nacional del Litoral. "Estas fantasías se sostienen en un mecanismo llamado desmentida de la percepción —explica Mercedes Martorell, directora de la Escuela de Psicología Social de Santa Fe—. Cuando a uno le dicen que lo que está percibiendo no es verdad, le modifican el registro de las cosas. Desde tres días antes de la inundación, a la gente no sólo le desmintieron la percepción de que el agua iba a llegar y de que no se la podría parar, sino que además la ahogaron."

La gente ataba los cadáveres a los árboles. Cuando rompieron la avenida Mar Argentino para que drenara el agua, los cadáveres pasaban y pasaban rumbo al Paraná. El doctor Rafael Sotoca, coordinador en la Argentina de Médicos Sin Fronteras, observa que en todas las catástrofes se repite la creencia de que los muertos son muchos más que los que aparecen. "La sensación de pérdida individual es tan grande, que sólo puede equipararse con un duelo igual a nivel colectivo", señala.

Martorell, representante en el Comité de Crisis por los equipos de salud mental, da otra explicación: "La gente cree que hay más muertos porque cuando los rescataban, sentían llorar a muchos más, y no les daban los brazos para ayudarlos, y piensa que probablemente hayan muerto. Su imagen no es la de ellos salvándose, sino no pudiendo salvar a otros".

Están aprovechando la catástrofe para hacer limpieza de delincuentes (en realidad, "limpieza" de delincuentes). Todas las noches la Policía y la Gendarmería van a los barrios inundados, y la cana va marcando a los que bajan. Ya cazaron al último de los hermanos X. "Son imágenes culturales que estaban y que se reactualizan y potencian por la crisis —señala Sozzo—. En el diálogo cotidiano siempre se da la espacialización de la violencia y del delito, identificados con los lugares donde se producen, sobre todo por los vecinos de clase media".

En los barrios inundados hubo saqueos al por mayor. Todas las noches hay tiros. Vieron un cuerpo flotando a la deriva, con un cartelito que decía "por robar". "Es muy difícil robar una casa inundada. Pero la sensación de pérdida total hace pensar en proteger lo irrecuperable", apunta el coordinador de Médicos Sin Fronteras. "Esas versiones se sedimentan en la memoria de tiroteos escuchados en el pasado, y refuerzan la calificación de zonas peligrosas —anota Sozzo—. Además, esos comportamientos de autoprotección revelan una fortísima desconfianza en las instituciones responsables de la seguridad."

Los saqueos masivos a camiones que traen víveres, así como el desvío de donaciones —que en Santa Fe ocurrieron en mínima medida—, son rumores habituales en las catástrofes. "Se magnifica la cantidad y se minimiza lo que le toca a cada uno —señala el doctor Sotoca—. Tienen que ver con el asistencialismo en este país: ''El Estado mentiroso, además de ser responsable de que me inunde, también lo es de que no me lleguen las donaciones''".

Sotoca destaca otro mito de las inundaciones: "El agua está envenenada, dicen, cuando no está más contaminada que otras veces, y como si en el agua hubiera más bichos que fuera de ella. Lo que sucede es que ya se la ha tenido como agente agresor una vez". Y agrega otro: el de la reinundación, que en Santa Fe se encarnó en una supuesta crecida del río Paraná. En toda catástrofe, agrega, "la vacunación aparece como panacea, cuando no tiene ese efecto y está indicada en muy pocos casos. En Santa Fe visitamos 800 casas que tuvieron agua, y en 450 nos pidieron vacunas. Se la ve como un elemento mágico: ''Algo me tiene que proteger''".

La psicóloga Martorell hace una aclaración: "No quiero que queden descalificados los dichos de la gente. Estos mitos son un modo de explicar lo que les ha estado pasando, antes de la inundación y ahora, y lo que temen que les suceda. Hay que interpretar profundamente qué nos están diciendo esos temores".


 

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